El CM profesional sabe que el número de fans debe crecer de manera estratégica, seduciéndolo a través de contenidos de valor y fidelizándolo con conversación, atrayendo su interés al producto y estimulando su recomendación. Esto incide directamente en el retorno de inversión.
El CM profesional sabe que el valor de la cantidad de fans no radica en números vacíos, sino en el factor social que hace que en los avisos publicitarios de la fanpage aparezca el “a tu amigo le gusta esto” y aumente por 4 la posibilidad de que el usuario haga clic sobre el mismo. El factor social no funciona con bots que no tienen amigos, ni con un africano que no tenga parientes en Santa Fe o Paraná.
“0” experiencia
Un VH carece de experiencia. Y esto es porque, por centrarse en tácticas erróneas, no suele conseguir resultados, lo que lleva a que sus víctimas no lo recomienden (preguntá siempre con qué cuentas ha trabajado).
Un CM profesional mide y demuestra resultados a través de informes con análisis estadísticos, centrándose en la calidad del contenido, la interacción y el retorno de inversión. Es en este tipo de prácticas donde el cliente logra visualizar la eficiencia del trabajo, y donde el CM adquiere una experiencia continua para proyectar mejores estrategias.
Soy experto gurú ninja jedi 2.0
Una de las maneras más fáciles de detectar a un VH es por la forma en que se presenta a sí mismo, -como experto o gurú-, agregando cargos rimbombantes (muchas veces incomprensibles) e infinitos términos marketineros en inglés a su biografía.
En nuestro rubro nadie es experto o gurú. Trabajamos en un ambiente sumamente tecnológico y amplio, que ofrece cambios continuos y nuevos escenarios a los que es muy difícil seguir el ritmo. Se necesitan personas muy atentas y dinámicas para que, en equipo o colaboración, se puedan abarcar los conocimientos necesarios para elaborar estrategias acordes al contexto. Humildad, practicidad, visión y cooperación, aseguran la supervivencia en la jungla 2.0.
Falta de estrategia
Un VH te va a presentar paquetes promocionales cerrados y económicos, sin considerar tus necesidades, objetivos, target, productos o red social que mejor convenga a tu estilo de empresa. Comenzará directamente con las publicaciones, sin atender a tu imagen de marca, apuntando a contenidos “virales” más que a aquellos que logren una conversión monetaria. Y olvidate de los análisis estadísticos y medición de resultados.
Un CM profesional no comienza a trabajar sin antes haber elaborado un social media plan, esto es, un informe que abarca una descripción completa del cliente, su competencia, el público al que apunta, su objetivos cualitativos y cuantitativos, la designación de personal, recursos económicos y tiempos, y finalmente, las estrategias para llegar a las metas planteadas (ver nota ¿Por qué es necesario un social media plan?).
Las publicaciones del CM profesional estarán creadas en base a objetivos y estrategias, considerando tiempos, tonos de comunicación y algoritmos de cada red social. Y estará siempre atento a las reacciones de los usuarios para intentar convertirlas en ventas o fidelización. Todo esto será plasmado con orgullo en un informe estadístico al final del período que justificará todas sus acciones, a la vez que le permitirán corregir o proyectar tácticas futuras.
Lo barato, sale caro
Como en todos los rubros, desconfiá de los precios bajos. Ya bastante nos cuesta a los profesionales 2.0 el poder cobrar honorarios justos en base a la cantidad de hora que trabajamos, nuestra preparación, los resultados que conseguimos y la responsabilidad de ser la voz de una marca que llega a una “audiencia” muchas veces mayor que cualquier medio tradicional.
El hecho de que un VH te ofrezca sus servicios mensuales por lo mismo que te saldría pagar una cena para 4 personas, no sólo te está indicando que hay gato encerrado en la oferta sino que, como indiqué al principio de esta nota, rebaja nuestra profesión. No hay manera de hacer todo lo que hacemos por montos tan bajos, y tampoco hay manera de conseguir buenos resultados.
Conclusión: pagaste barato algo que no sólo te salió caro a vos sino al resto de los CM profesionales, puesto que tu mala impresión sobre la gestión hará que desconfíes de la efectividad de las redes sociales.
¿Y por casa?
Si bien los CM carecemos del tiempo necesario como para alimentar como querríamos a nuestras propias cuentas en redes sociales, esto no es excusa a la hora de comunicar desde la cuenta comercial de la empresa o los perfiles profesionales.
Trabajamos en un ambiente rico en contenidos y continuos avances, con gente acostumbrada a compartir conocimiento y presta a colaborar con sus pares (¿acaso no es nuestra vocación?), por lo que nunca vas a encontrar una cuenta de un CM vacía de opiniones sobre novedades en redes o virales del momento, como generalmente sí las tiene un VH (además de contar generalmente con un montón de seguidores falsos).
Así también, y porque nuestra profesión lo requiere, solemos tener cuentas en todas las redes sociales, en las más nuevas e incluso en las menos pobladas, porque necesitamos estar al tanto de cada una de ellas, sus tonos, dinámica y oportunidades publicitarias, para luego poder ofrecérselas a los clientes con una base de experiencia como usuarios en las mismas.
En síntesis: Nuestra profesión es aún muy nueva (algunos todavía ni siquiera la entienden o han oído hablar de ella) y esto presta a que personas sin la preparación necesaria y con intenciones egoístas, terminen muchas veces estafando al mercado, ensuciando la imagen general de quienes trabajamos en esto con pasión y responsabilidad.
Espero, con esta nota, haber aportado con mi granito de arena a terminar de a poco con este abuso y a abrirte los ojos hacia un servicio que, bien llevado (y justamente remunerado) superará todas tus expectativas respecto a las nuevas formas de comunicar y hacer negocios en el mundo online.
Romina Moine
Directora de Marketing y Estrategia
Consultora Interactúa
Español de Argentina 
English